martes, 15 de octubre de 2013

Una introducción al Landvolkbewegung

Armin Mohler en “La Revolución Conservadora en Alemania” escribe sobre el quinto grupo de lo que el considera la revolución conservadora (RC). Normalmente los estudiosos RC no hablan mucho de ellos. Se trata del movimiento Campesino. En realidad Mohler se refiere a las revueltas campesinas del norte de Alemania en los años 1928 y 1929 sobre todo. El nombre que recibe este movimiento es el de Landvolkbewegung, todo junto para la búsqueda en Internet. El nombre no tiene nada de particular y es hoy el nombre de un movimiento campesino católico.


El material para conseguir información sobre este movimiento es escaso, todavía mas en lengua española, y se trata en las fuentes originales de las publicaciones periódicas del movimiento y en el relato de dos libros: el de Ernst Von Salomon “La VillaDie Stadt de 1932 y el de Hans Fallada  “Agricultores, tiros y bombas” Bauern, Bonzen und Bomben, de 1931.
El relato de modo sencillo del movimiento es la reacción de los campesinos del norte de Alemania, sobre todo de la región de Schleswig-Holstein, ante la devaluación de sus productos en el momento que se abrieron las exportaciones de productos agrícolas y ganaderos bloqueados tras la guerra mundial. Las explotaciones estaban hipotecadas y la ejecución de las hipotecas o el cobro de algunos impuestos, hace que nazca una resistencia, que primero será pasiva y no violenta, y que luego tendrá episodios muy violentos de una minoría.
Se suele dar la fecha del 19 de noviembre del 1928 para el inicio de estos episodios con un incidente en el intento de cobrar unos impuestos con la requisa de unos bueyes a unos campesinos. Los campesinos de los alrededores con su presencia con antorchas consiguen que los bueyes sean devueltos a sus dueños. El 26 de noviembre el movimiento campesino se da a conocer por una gran reunión pública. El movimiento se extiende sobre todo por las regiones vecinas del norte de Alemania. En marzo del 29 se funda el periódico Das Landvolk. Se fundan otros periódicos y publicaciones ligadas a sus posiciones. En abril los granjeros que iban a ser expropiados en noviembre son condenados junto a algunos de sus vecinos.


El movimiento mantiene su táctica de la resistencia pasiva. Si una propiedad es expropiada ningún otro campesino osa intentar su ocupación o compra. Y si lo intentase ninguno de sus vecinos haría tratos con él.
El 1 de agosto de 1929 en Neumusnter una marcha pacifica es atacada por la policía y su símbolo la bandera negra es confiscada. Los campesinos contestan con un boicot a la ciudad y no llevan sus productos leche, huevos, verduras y otros a la ciudad y dejan de comprar en los comercios locales y beber y comer en su hostelería. En junio de 1930 las autoridades locales quieren devolver la bandera negra a los campesinos en un acto público de desagravio, pero la prefectura lo impide. Pero en noviembre ya no puede impedir la celebración del acto.
Pero lo que queda a la luz pública son una serie de atentados a entidades oficiales entre noviembre del 28 y setiembre del 29, estos atentados no producen heridos. Se suele atribuir estos atentados a los nacional-revolucionarios y Bundisch que apoyaron a los campesinos. Los relatos de Von Salomon y Fallada se centran en esta situación. En opinión de Mohler se da una vez mas la contradicción entre los elementos tradicionales campesinos y la opción “dynamitera” moderna en estos momentos, contradicción que Mohler señala como una de las características de la RC, la defensa de valores tradicionales con medios ultra-modernos. Esta interacción es permanente y todavía difícil de comprender por algunos.


Pero la identificación del campesino con el lanzador de bombas deforma la imagen del movimiento, no solo porque los atentados son desaprobados por gran parte de los campesinos, sino porque las bombas son las notas del mutismo del movimiento campesino. El movimiento campesino además muestra como tanto el partido comunista  KPD como el nazi NSDAP toman la opción parlamentaria como la vía política por excelencia, y en parte demuestra que la Republica de Weimar hubiera podido ser más débil sin su apoyo. Este mutismo del movimiento campesino se enraíza en parte en el sentido de sufrimiento de los campesinos que han de pasar todo tipo de penalidades en la guerra y en la paz. Este mutismo es impresionante por parte de líder del landvolkbewegung, Claus Heim, un granjero de una familia de terratenientes instalado en la región, no se sabe mucho de este hombre taciturno, hostil a toda publicidad, cuya actitud forma parte de la forma de ser del movimiento. Se cuenta que de joven se instalo en Sudamérica y que cuando los bancos intentaron cobrar sus deudas de la granja de cerdos que tenia, los mato antes de que se los pudieran llevar para cobrarse. Dicen que mato 5000 cerdos. Participó en la primera guerra mundial como oficial y regreso gravemente herido. Durante el juicio al movimiento le condenaron a 7 años de prisión. Durante la celebración del juicio permaneció callado y luego rechazo apelar la sentencia o presentarse como candidato seguro de elección del NSDAP lo que le hubiera valido la libertad o de presentarse como candidato a la presidencia del Reich gracias a las 28000 firmas recogidas en poco tiempo. Finalmente el 10 de junio de 1932 es puesto en libertad gracias a una ley de amnistía promulgada con el apoyo del KPD y NSDAP en el Landtag de Prusia.
Pero esta amnistía testimonia en lo que se convirtió el movimiento campesino durante la detención de Claus Heim. A partir del otoño de 1930 los partidos intentan aprovechar el movimiento y dedican sus mejores propagandistas al tema e incluyen las demandas campesinas en sus programas, en especial comunistas y nacional-socialistas, las características del propio movimiento anárquico en si mismo, sus divisiones y el carácter campesino hacen que el movimiento se diluya. Aunque el nacional-socialismo luego legislo alguna de las cuestiones que demandaban como por ejemplo las herencias de las propiedades agrícolas.
Este es el ejemplo de un movimiento de posibilidades perdidas que se pierde en la arena, pero que a la vez continúa soterradamente. Mohler dice que en la Alemania de su tiempo. Pero en algunos aspectos extensible al mundo rural europeo actual.

Tomado de la versión francesa de la "Revolución Conservadora en Alemania" de Armin Mohler editado por Pardes en 1993, paginas 201 a 206.



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