miércoles, 23 de octubre de 2013
lunes, 21 de octubre de 2013
Datos sobre Plenty
Plenty es un ejemplo de iniciativa que surgio de una comunidad llamada The Farm.
Se trata de una inicial comuna hippie que opto por la abundancia (plenty) y desarrollo proyecto de cooperación internacional para conseguir producción agrícola.
http://es.wikipedia.org/wiki/The_Farm_(Tennessee)
Plenty es el primer ganador del llamado Premio Nobel Alternativo:
http://www.rightlivelihood.org/plenty.html
Se trata de una inicial comuna hippie que opto por la abundancia (plenty) y desarrollo proyecto de cooperación internacional para conseguir producción agrícola.
http://es.wikipedia.org/wiki/The_Farm_(Tennessee)
Plenty es el primer ganador del llamado Premio Nobel Alternativo:
http://www.rightlivelihood.org/plenty.html
domingo, 20 de octubre de 2013
Buscando localizaciones
A la búsqueda de un lugar apartado, con algo de agua para mantener algo de terreno de regadío, como mínimo una huerta.
El lugar puede ser una propiedad pública o semi-pública, de un ministerio, de un organismo oficial, de un gobierno autonómico, de una confederación hidrográfica o cualquier organismo similar.
Hemos ido poniendo en nuestro FB algunos documentos que relacionan lugares para ir buscando como ejemplo:
Del Gobierno de Aragón:
El estudio del año 85 http://www.aragob.es/edycul/patrimo/etno/abandonados/indice.htm un documento casi ya histórico, algunas de sus localizaciones han pasado todo tipo de experiencias. De allí surge la propuesta de Sodemasa http://bases.cortesaragon.es/bases/ndocumenVIII.nsf/e04aef3c1a99d7c3c12576d2002e551b/a14bb119f65351ebc12579dc002cc560/$FILE/pueblos-abandonados.pdf aunque en parte es un documento con propuestas, algunas de las localizaciones son ecoaldeas en la actualidad que han partido de otras iniciativas no oficiales.
Otro camino es buscando también en las propiedades que tiene el Banco Malo (SAREB):
http://www.sareb.es/cms/estatico/srb/sareb/web/es/portal/sareb/harvest/pdf/Dossier_Fincas_Rusticas_Harvest_def.pdf
Hay que seguir, definir lo que hace falta y buscar...
El lugar puede ser una propiedad pública o semi-pública, de un ministerio, de un organismo oficial, de un gobierno autonómico, de una confederación hidrográfica o cualquier organismo similar.
Hemos ido poniendo en nuestro FB algunos documentos que relacionan lugares para ir buscando como ejemplo:
Del Gobierno de Aragón:
El estudio del año 85 http://www.aragob.es/edycul/patrimo/etno/abandonados/indice.htm un documento casi ya histórico, algunas de sus localizaciones han pasado todo tipo de experiencias. De allí surge la propuesta de Sodemasa http://bases.cortesaragon.es/bases/ndocumenVIII.nsf/e04aef3c1a99d7c3c12576d2002e551b/a14bb119f65351ebc12579dc002cc560/$FILE/pueblos-abandonados.pdf aunque en parte es un documento con propuestas, algunas de las localizaciones son ecoaldeas en la actualidad que han partido de otras iniciativas no oficiales.
Otro camino es buscando también en las propiedades que tiene el Banco Malo (SAREB):
http://www.sareb.es/cms/estatico/srb/sareb/web/es/portal/sareb/harvest/pdf/Dossier_Fincas_Rusticas_Harvest_def.pdf
Hay que seguir, definir lo que hace falta y buscar...
viernes, 18 de octubre de 2013
Una hoja de noviembre de 1935
HOJAS DE LA FALANGE
LABRADORES
Se os ha engañado tanto con palabras más o menos bellas, que ya casi da vergüenza acercarse a vosotros con nuevas palabras. Hay tantos agrarios por ahí vueltos de espaldas a vuestra angustia, que tenéis razón para desconfiar de todo el que viene a recordárosla. Estáis hartos de política. Pero todo el asco que se os ha metido en el alma no impide que sigáis en vuestro puesto, callados y sufridos, bajo la helada y bajo el sol, siendo el soporte económico de España y la guarda duradera y profunda de sus esencias espirituales.
Mientras vosotros os extenuáis, acaso, para sacar tres o cuatro semillas por una, el prestamista descansa en la seguridad de que vuestro sudor le asegura los réditos; el especulador sabe que tendréis que venderle la cosecha a cualquier precio para que no se pudra en las trojes; el cacique cuenta con vuestra esclavitud para especular en política, y el político os adormece con promesas para encaramarse sobre vuestras espaldas. Pero ninguno de esos quiere vuestra salvación, porque su medro depende de que sigáis siglos y siglos como ahora. Ninguno de ellos quiere larevolución agraria que España necesita.
Lo primero que hace falta es dotar al campo de mayores recursos económicos. El campo sostiene a la ciudad. Pero la ciudad, en vez de devolver al campo la mayor parte de lo que ésta produce, lo absorbe en el sostenimiento de la vida urbana. La ciudad presta al campo ciertos servicios intelectuales y comerciales, pero se los cobra demasiado caros Así resulta que lo que vuelve de dinero al campo, aunque se venden las cosechas, es apenas suficiente para dar de comer a quienes las recogieron, y, desde luego, insuficiente para emprender nuevas labores. Así resulta que casi todo el campo español recibe un cultivo defectuoso, produce escaso y caro y coloca cada año a los labradores en la misma congoja cuando llega el instante de vender la cosecha.
Un Estado que se interesase de veras por el labrador para algo más que para pedirle los votos, ya hubiera asegurado a los productos del campo un cultivo adecuado y un precio remunerador con medidas como las siguientes:
Organización de un verdadero crédito agrícola, que prestara al labrador dinero con facilidades y bajísimo interés sobre la garantía de sus cosechas y le redimiera de este modo de la usura y el caciquismo. Si el Estado obligara a la Banca –que se enriquece con los millones ajenos– a dar dinero al contado sobre el valor de las cosechas con un interés bajísimo, ni los labradores se quedarían con las cosechas sin vender, ni tendrían que venderlas a cualquier precio a los especuladores, ni los diputados y ministros tendrían que gastar más tiempo en palabras inútiles, convertidos en una nueva plaga del campo.
Difusión de la enseñanza agrícola y pecuaria, llevándola hasta el mismo campesino para orientarle y aumentar su capacidad técnica.
Ordenación de las tierras, para evitar que los labradores se arruinen dedicando sus tierras a cultivos absurdos, cuando quizá, bien dirigidos, podrían obtener de estas mismas tierras productos remuneradores.
Protección arancelaria enérgica de los productos del campo, sacrificados muchas veces a la defensa de industrias artificiales e inútiles.
Aceleración de las obras hidráulicas, llamadas a fertilizar tantas tierras sedientas.
PERO NO BASTA
Pero no basta con estas medidas. – Hay que llevar a cabo, a fondo, la verdadera revolución nacional agraria. Todavía, pese a las reformas agrarias que se hicieron pasar ante vuestros ojos, hay muchísima gente en España que vive del campo sin trabajar, que vive de las rentas del campo sin contribuir en nada a que el campo produzca: cobrando la renta como quien cobra un impuesto. Hay, por otro lado, muchísima gente que se ve obligada a labrar durante años, a falta de otra cosa, un terruño seco que apenas le da para sostener su hambre. Y muchísimas tierras que por su mala distribución, por mal cultivo o por avaricia de sus dueños, sostienen a mucha menos gente de la que podrían sostener.
Hay que acabar con eso. Pese a quien pese, sobre la tierra de España tiene que vivir el pueblo español. Y no sobre toda la tierra de España, porque una grandísima parte de ella es inhabitable e incultivable. Es una burla para el campesino elevarle a propietario de un trozo de tierra pedregosa y estéril. No: donde hay que instalar al pueblo labrador de España es sobre las tierras buenas, sobre las que hoy existen y sobre las que se pueden fertilizar con los riegos. España tiene tierras suficientes para mantener a todos los españoles y a quince millones más. Sólo faltan hombres enérgicos que lleven a cabo la bella y magnífica revolución agraria: el traslado de masas enteras, hambrientas de siglos, agotadas en arañar tierras míseras, a los anchos campos feraces.
Para esto habrá que sacrificar unas cuantas familias. No de grandes labradores, sino de capitalistas del campo, de rentistas del campo; es decir, de gente que, sin riesgo ni esfuerzo, saca cantidades enormes por alquilar sus tierras al labrador. No importa. Se las sacrificará. El pueblo español tiene que vivir. Y no tiene dinero para comprar todas las tierras que necesita. El Estado no puede ni debe sacar de ningún sitio, si no es arruinándose, el dinero preciso para comprar las tierras en que instalar al pueblo. Hay que hacer la reforma agraria revolucionariamente; es decir, imponiendo a los que tienen grandes tierras el sacrificio de entregar a los campesinos la parte que les haga falta. Las reformas agrarias como la que rige ahora, a base de pagar a los dueños el precio entero de sus tierras, son una befa para los labradores. Habrán pasado doscientos años y la reforma agraria estará por hacer.
TODO DEPENDE DE VOSOTROS
Todo depende de vosotros, labradores. De que sacudáis de una vez vuestra fe en políticos, en charlatanes y en panaceas llegadas del Parlamento de Madrid. F. E. de las J. 0. N. S., que es la que os dirige estas palabras, no pide votos ni ofrece milagros: os conmina a que os unáis en sindicatos fuertes, defensores directos de vuestros intereses, sin la mediación de los políticos. Formad sindicatos fuertes que reclamen la revolución agraria que hará la Falange, sin contemplaciones, cuando gobierne. Levantar la vida del campo es levantar la vida de España. Nuestra patria espera el instante de un gran resurgimiento campesino, que será la señal de su nueva grandeza. El campo libre y rico nos deparará una España unida, grande y libre. ¡Arriba España!
LABRADORES
Se os ha engañado tanto con palabras más o menos bellas, que ya casi da vergüenza acercarse a vosotros con nuevas palabras. Hay tantos agrarios por ahí vueltos de espaldas a vuestra angustia, que tenéis razón para desconfiar de todo el que viene a recordárosla. Estáis hartos de política. Pero todo el asco que se os ha metido en el alma no impide que sigáis en vuestro puesto, callados y sufridos, bajo la helada y bajo el sol, siendo el soporte económico de España y la guarda duradera y profunda de sus esencias espirituales.
Mientras vosotros os extenuáis, acaso, para sacar tres o cuatro semillas por una, el prestamista descansa en la seguridad de que vuestro sudor le asegura los réditos; el especulador sabe que tendréis que venderle la cosecha a cualquier precio para que no se pudra en las trojes; el cacique cuenta con vuestra esclavitud para especular en política, y el político os adormece con promesas para encaramarse sobre vuestras espaldas. Pero ninguno de esos quiere vuestra salvación, porque su medro depende de que sigáis siglos y siglos como ahora. Ninguno de ellos quiere larevolución agraria que España necesita.
Lo primero que hace falta es dotar al campo de mayores recursos económicos. El campo sostiene a la ciudad. Pero la ciudad, en vez de devolver al campo la mayor parte de lo que ésta produce, lo absorbe en el sostenimiento de la vida urbana. La ciudad presta al campo ciertos servicios intelectuales y comerciales, pero se los cobra demasiado caros Así resulta que lo que vuelve de dinero al campo, aunque se venden las cosechas, es apenas suficiente para dar de comer a quienes las recogieron, y, desde luego, insuficiente para emprender nuevas labores. Así resulta que casi todo el campo español recibe un cultivo defectuoso, produce escaso y caro y coloca cada año a los labradores en la misma congoja cuando llega el instante de vender la cosecha.
Un Estado que se interesase de veras por el labrador para algo más que para pedirle los votos, ya hubiera asegurado a los productos del campo un cultivo adecuado y un precio remunerador con medidas como las siguientes:
Organización de un verdadero crédito agrícola, que prestara al labrador dinero con facilidades y bajísimo interés sobre la garantía de sus cosechas y le redimiera de este modo de la usura y el caciquismo. Si el Estado obligara a la Banca –que se enriquece con los millones ajenos– a dar dinero al contado sobre el valor de las cosechas con un interés bajísimo, ni los labradores se quedarían con las cosechas sin vender, ni tendrían que venderlas a cualquier precio a los especuladores, ni los diputados y ministros tendrían que gastar más tiempo en palabras inútiles, convertidos en una nueva plaga del campo.
Difusión de la enseñanza agrícola y pecuaria, llevándola hasta el mismo campesino para orientarle y aumentar su capacidad técnica.
Ordenación de las tierras, para evitar que los labradores se arruinen dedicando sus tierras a cultivos absurdos, cuando quizá, bien dirigidos, podrían obtener de estas mismas tierras productos remuneradores.
Protección arancelaria enérgica de los productos del campo, sacrificados muchas veces a la defensa de industrias artificiales e inútiles.
Aceleración de las obras hidráulicas, llamadas a fertilizar tantas tierras sedientas.
PERO NO BASTA
Pero no basta con estas medidas. – Hay que llevar a cabo, a fondo, la verdadera revolución nacional agraria. Todavía, pese a las reformas agrarias que se hicieron pasar ante vuestros ojos, hay muchísima gente en España que vive del campo sin trabajar, que vive de las rentas del campo sin contribuir en nada a que el campo produzca: cobrando la renta como quien cobra un impuesto. Hay, por otro lado, muchísima gente que se ve obligada a labrar durante años, a falta de otra cosa, un terruño seco que apenas le da para sostener su hambre. Y muchísimas tierras que por su mala distribución, por mal cultivo o por avaricia de sus dueños, sostienen a mucha menos gente de la que podrían sostener.
Hay que acabar con eso. Pese a quien pese, sobre la tierra de España tiene que vivir el pueblo español. Y no sobre toda la tierra de España, porque una grandísima parte de ella es inhabitable e incultivable. Es una burla para el campesino elevarle a propietario de un trozo de tierra pedregosa y estéril. No: donde hay que instalar al pueblo labrador de España es sobre las tierras buenas, sobre las que hoy existen y sobre las que se pueden fertilizar con los riegos. España tiene tierras suficientes para mantener a todos los españoles y a quince millones más. Sólo faltan hombres enérgicos que lleven a cabo la bella y magnífica revolución agraria: el traslado de masas enteras, hambrientas de siglos, agotadas en arañar tierras míseras, a los anchos campos feraces.
Para esto habrá que sacrificar unas cuantas familias. No de grandes labradores, sino de capitalistas del campo, de rentistas del campo; es decir, de gente que, sin riesgo ni esfuerzo, saca cantidades enormes por alquilar sus tierras al labrador. No importa. Se las sacrificará. El pueblo español tiene que vivir. Y no tiene dinero para comprar todas las tierras que necesita. El Estado no puede ni debe sacar de ningún sitio, si no es arruinándose, el dinero preciso para comprar las tierras en que instalar al pueblo. Hay que hacer la reforma agraria revolucionariamente; es decir, imponiendo a los que tienen grandes tierras el sacrificio de entregar a los campesinos la parte que les haga falta. Las reformas agrarias como la que rige ahora, a base de pagar a los dueños el precio entero de sus tierras, son una befa para los labradores. Habrán pasado doscientos años y la reforma agraria estará por hacer.
TODO DEPENDE DE VOSOTROS
Todo depende de vosotros, labradores. De que sacudáis de una vez vuestra fe en políticos, en charlatanes y en panaceas llegadas del Parlamento de Madrid. F. E. de las J. 0. N. S., que es la que os dirige estas palabras, no pide votos ni ofrece milagros: os conmina a que os unáis en sindicatos fuertes, defensores directos de vuestros intereses, sin la mediación de los políticos. Formad sindicatos fuertes que reclamen la revolución agraria que hará la Falange, sin contemplaciones, cuando gobierne. Levantar la vida del campo es levantar la vida de España. Nuestra patria espera el instante de un gran resurgimiento campesino, que será la señal de su nueva grandeza. El campo libre y rico nos deparará una España unida, grande y libre. ¡Arriba España!
(Arriba, núm. 18, 7 de noviembre de 1935)
martes, 15 de octubre de 2013
Una introducción al Landvolkbewegung
Armin
Mohler en “La Revolución
Conservadora en Alemania” escribe sobre el quinto grupo de
lo que el considera la revolución conservadora (RC). Normalmente los estudiosos
RC no hablan mucho de ellos. Se trata del movimiento Campesino. En realidad
Mohler se refiere a las revueltas campesinas del norte de Alemania en los años
1928 y 1929 sobre todo. El nombre que recibe este movimiento es el de
Landvolkbewegung, todo junto para la búsqueda en Internet. El nombre no tiene
nada de particular y es hoy el nombre de un movimiento campesino católico.
El material para conseguir información sobre este movimiento es
escaso, todavía mas en lengua española, y se trata en las fuentes originales de
las publicaciones periódicas del movimiento y en el relato de dos libros: el de
Ernst Von Salomon “La Villa ”
Die Stadt de 1932 y el de Hans Fallada “Agricultores, tiros y bombas” Bauern, Bonzen und Bomben, de 1931.
El relato de modo sencillo del
movimiento es la reacción de los campesinos del norte de Alemania, sobre todo
de la región de Schleswig-Holstein, ante la devaluación de sus productos en el
momento que se abrieron las exportaciones de productos agrícolas y ganaderos
bloqueados tras la guerra mundial. Las explotaciones estaban hipotecadas y la
ejecución de las hipotecas o el cobro de algunos impuestos, hace que nazca una
resistencia, que primero será pasiva y no violenta, y que luego tendrá
episodios muy violentos de una minoría.
Se suele dar la fecha del 19 de
noviembre del 1928 para el inicio de estos episodios con un incidente en el
intento de cobrar unos impuestos con la requisa de unos bueyes a unos
campesinos. Los campesinos de los alrededores con su presencia con antorchas
consiguen que los bueyes sean devueltos a sus dueños. El 26 de noviembre el
movimiento campesino se da a conocer por una gran reunión pública. El
movimiento se extiende sobre todo por las regiones vecinas del norte de
Alemania. En marzo del 29 se funda el periódico Das Landvolk. Se fundan otros periódicos
y publicaciones ligadas a sus posiciones. En abril los granjeros que iban a ser
expropiados en noviembre son condenados junto a algunos de sus vecinos.
El movimiento mantiene su táctica
de la resistencia pasiva. Si una propiedad es expropiada ningún otro campesino
osa intentar su ocupación o compra. Y si lo intentase ninguno de sus vecinos
haría tratos con él.
El 1 de agosto de 1929 en
Neumusnter una marcha pacifica es atacada por la policía y su símbolo la
bandera negra es confiscada. Los campesinos contestan con un boicot a la ciudad
y no llevan sus productos leche, huevos, verduras y otros a la ciudad y dejan
de comprar en los comercios locales y beber y comer en su hostelería. En junio
de 1930 las autoridades locales quieren devolver la bandera negra a los
campesinos en un acto público de desagravio, pero la prefectura lo impide. Pero
en noviembre ya no puede impedir la celebración del acto.
Pero lo que queda a la luz pública
son una serie de atentados a entidades oficiales entre noviembre del 28 y
setiembre del 29, estos atentados no producen heridos. Se suele atribuir estos
atentados a los nacional-revolucionarios y Bundisch que apoyaron a los
campesinos. Los relatos de Von Salomon y Fallada se centran en esta situación.
En opinión de Mohler se da una vez mas la contradicción entre los elementos
tradicionales campesinos y la opción “dynamitera” moderna en estos momentos,
contradicción que Mohler señala como una de las características de la RC , la defensa de valores
tradicionales con medios ultra-modernos. Esta interacción es permanente y
todavía difícil de comprender por algunos.
Pero la identificación del
campesino con el lanzador de bombas deforma la imagen del movimiento, no solo
porque los atentados son desaprobados por gran parte de los campesinos, sino
porque las bombas son las notas del mutismo del movimiento campesino. El
movimiento campesino además muestra como tanto el partido comunista KPD como el nazi NSDAP toman la opción
parlamentaria como la vía política por excelencia, y en parte demuestra que la Republica de Weimar
hubiera podido ser más débil sin su apoyo. Este mutismo del movimiento
campesino se enraíza en parte en el sentido de sufrimiento de los campesinos
que han de pasar todo tipo de penalidades en la guerra y en la paz. Este
mutismo es impresionante por parte de líder del landvolkbewegung, Claus Heim,
un granjero de una familia de terratenientes instalado en la región, no se sabe
mucho de este hombre taciturno, hostil a toda publicidad, cuya actitud forma
parte de la forma de ser del movimiento. Se cuenta que de joven se instalo en Sudamérica
y que cuando los bancos intentaron cobrar sus deudas de la granja de cerdos que
tenia, los mato antes de que se los pudieran llevar para cobrarse. Dicen que
mato 5000 cerdos. Participó en la primera guerra mundial como oficial y regreso
gravemente herido. Durante el juicio al movimiento le condenaron a 7 años de
prisión. Durante la celebración del juicio permaneció callado y luego rechazo
apelar la sentencia o presentarse como candidato seguro de elección del NSDAP
lo que le hubiera valido la libertad o de presentarse como candidato a la presidencia
del Reich gracias a las 28000 firmas recogidas en poco tiempo. Finalmente el 10
de junio de 1932 es puesto en libertad gracias a una ley de amnistía promulgada
con el apoyo del KPD y NSDAP en el Landtag de Prusia.
Pero esta amnistía testimonia
en lo que se convirtió el movimiento campesino durante la detención de Claus
Heim. A partir del otoño de 1930 los partidos intentan aprovechar el movimiento
y dedican sus mejores propagandistas al tema e incluyen las demandas campesinas
en sus programas, en especial comunistas y nacional-socialistas, las
características del propio movimiento anárquico en si mismo, sus divisiones y
el carácter campesino hacen que el movimiento se diluya. Aunque el nacional-socialismo
luego legislo alguna de las cuestiones que demandaban como por ejemplo las
herencias de las propiedades agrícolas.
Este es el ejemplo de un
movimiento de posibilidades perdidas que se pierde en la arena, pero que a la
vez continúa soterradamente. Mohler dice que en la Alemania de su tiempo.
Pero en algunos aspectos extensible al mundo rural europeo actual.
Tomado de la versión francesa
de la "Revolución Conservadora en Alemania" de Armin Mohler editado por Pardes en 1993, paginas 201 a 206.
jueves, 10 de octubre de 2013
Nuestros primeros simbolos
No tenemos simbolos, el tiempo dirá que debemos usar.
Pero como esto de las redes sociales permite que te pongas lo hicimos.
Los primeros días usamos el ave que usaban los vandervogel. Luego hemos puesto el simbolo de la revuelta campesina del norte de Alemania de los años 1928-1929 y una foto de una reunión suya.
No son definitivos, pero marcan la dirección.
Pero como esto de las redes sociales permite que te pongas lo hicimos.
Los primeros días usamos el ave que usaban los vandervogel. Luego hemos puesto el simbolo de la revuelta campesina del norte de Alemania de los años 1928-1929 y una foto de una reunión suya.
No son definitivos, pero marcan la dirección.
A modo de ejemplo: patata española
Algunos nos preguntan que es lo que queremos proponer.
Como no queremos ser largos en discursos os ponemos un ejemplo de lo que quisieramos proponer.
- Se consigue una tierra. (Hemos de preguntarnos como y hasta donde estamos dispuestos a llegar para conseguirla)
- Se labra y se plantan patatas.
- Se les cuida y se cosechan.
- Se reparten a través de colectivos de ayuda social y nacional y de otros núcleos patriotas, pensando en gente con necesidad.
Que objetivos conseguimos:
- un grupo de camaradas tiene un trabajo digno
- se hace labor de ayuda social
- se denuncia el mal uso de muchas tierras de cultivo
Repetimos, es un ejemplo, pero que sirva para que se sepa por donde vamos.
Como no queremos ser largos en discursos os ponemos un ejemplo de lo que quisieramos proponer.
- Se consigue una tierra. (Hemos de preguntarnos como y hasta donde estamos dispuestos a llegar para conseguirla)
- Se labra y se plantan patatas.
- Se les cuida y se cosechan.
- Se reparten a través de colectivos de ayuda social y nacional y de otros núcleos patriotas, pensando en gente con necesidad.
Que objetivos conseguimos:
- un grupo de camaradas tiene un trabajo digno
- se hace labor de ayuda social
- se denuncia el mal uso de muchas tierras de cultivo
Repetimos, es un ejemplo, pero que sirva para que se sepa por donde vamos.
lunes, 7 de octubre de 2013
viernes, 4 de octubre de 2013
Un ejemplo histórico de revuelta campesina
Estamos preparando una entrada sobre la revuelta campesina del Landvolkbewegund.
La entrada de referencia en internet esta en Wikipedia en alemán: http://de.wikipedia.org/wiki/Landvolkbewegung_(Schleswig-Holstein)
Os invitamos a todos a buscar información sobre el tema.
Os recomendamos también las referencia que hace Armin Molher en su Revolución conservadora en Alemania.
A buscar....
La entrada de referencia en internet esta en Wikipedia en alemán: http://de.wikipedia.org/wiki/Landvolkbewegung_(Schleswig-Holstein)
Os invitamos a todos a buscar información sobre el tema.
Os recomendamos también las referencia que hace Armin Molher en su Revolución conservadora en Alemania.
A buscar....
Suscribirse a:
Entradas (Atom)