La contradicción del
ecologismo progresista.
Hace ya muchos años uno
de los dos partidos ecologistas belgas, no recuerdo si el francófono o el
neerlandófono, voto en contra de una ley del aborto en el parlamento belga. Su
argumento fue que si se defendían los bebes focas porque no los humanos.
En este hecho ya se
muestran una de las contradicciones esenciales del ecologismo progresista: no
se puede defender el “progreso” y a la vez “conservar”. Muchas ideologías
tienen esa contradicción en su seno, el fascismo histórico, el de verdad, el histórico
de Italia, también tenía la contradicción entres sus elementos “tradicionales”
y sus “futuristas”.
No pretendemos dar
clases de historia, ni de hace diez años, ni de hace setenta.
Pero en los momentos
actuales es verdad que la defensa de la naturaleza, del equilibrio de los
elementos que tenemos a nuestro alrededor, la defensa del medio ambiente, de la
dignidad de los animales, de la oposición al consumo abusivo y agotador de nuestro
planeta y en otros muchos asuntos nadie tiene la exclusiva.
Mucho menos tienen
la exclusiva aquellos que no saben conjugar la diversidad con su autoritarismo.
Hoy por hoy algunos
temas no son exclusivos de nadie, y nadie es quien para repartir certificados
de “auténticos” ecologistas. Algunos deben resolver sus contradicciones
internas antes de emitir comunicados propios de sectas troskistas o
estalinistas.