viernes, 21 de marzo de 2014

La contradicción del ecologismo progresista. (I)

La contradicción del ecologismo progresista.

Hace ya muchos años uno de los dos partidos ecologistas belgas, no recuerdo si el francófono o el neerlandófono, voto en contra de una ley del aborto en el parlamento belga. Su argumento fue que si se defendían los bebes focas porque no los humanos.

En este hecho ya se muestran una de las contradicciones esenciales del ecologismo progresista: no se puede defender el “progreso” y a la vez “conservar”. Muchas ideologías tienen esa contradicción en su seno, el fascismo histórico, el de verdad, el histórico de Italia, también tenía la contradicción entres sus elementos “tradicionales” y sus “futuristas”.

No pretendemos dar clases de historia, ni de hace diez años, ni de hace setenta.

Pero en los momentos actuales es verdad que la defensa de la naturaleza, del equilibrio de los elementos que tenemos a nuestro alrededor, la defensa del medio ambiente, de la dignidad de los animales, de la oposición al consumo abusivo y agotador de nuestro planeta y en otros muchos asuntos nadie tiene la exclusiva.

Mucho menos tienen la exclusiva aquellos que no saben conjugar la diversidad con su autoritarismo.


Hoy por hoy algunos temas no son exclusivos de nadie, y nadie es quien para repartir certificados de “auténticos” ecologistas. Algunos deben resolver sus contradicciones internas antes de emitir comunicados propios de sectas troskistas o estalinistas.

Un ejemplo real de propuesta para ir a un pueblo

Un ejemplo real de propuesta para ir a un pueblo


Acabamos de recibir a través de internet la propuesta de “Viure a Esblada”. Se trata de una iniciativa ene l entorno de La Cooperativa Integral Catalana cuya persona mas conocida es Enric Duran, que gano su fama por lograr una serie de créditos bancarios sin avales que luego no devolvió.

El folleto de la propuesta, en catalán, se puede consultar en https://dl.dropboxusercontent.com/u/92306756/Esblada/fulleto%20esblada.pdf 

Se trata de la adquisición de una parte del pueblo de Esblada (en la provincia de Tarragona) a través de un crédito de una entidad ligada al mundo alternativo por una cooperativa donde los cooperativistas hacen una aportación inicial y contribuyen a los gastos (hipoteca, servicios,…) mensualmente.
La cooperativa define el modelo que se propone: vida en privado, cada uno en su casa y contribución al común en forma de 10 horas semanales para las tareas comunes. Desde hacer el salón común a servicios.

El folleto es realista en muchos aspectos. Y demuestra que los promotores están ya más allá del utopísmo parlanchín. Por ejemplo explicando que se limitarán las asambleas, o que pasaría si uno se marcha de la cooperativa.

Recomendable para los que entiendan catalán.